En esta ocasión te hablaremos de la dermatitis atópica (DA). Este padecimiento es una enfermedad crónica e inflamatoria de la piel que generalmente se presenta durante la infancia o la adolescencia. Esta enfermedad es muy común y puede extenderse hasta la edad adulta. A su vez, su curso es fluctuante, es decir, tiene periodos de mejoría y otros de exacerbaciones.
La dermatitis atópica se manifiesta entre los 3 y 6 meses de edad, sin embargo, en el 90% de los casos este padecimiento inicia antes de los 5 años. Si tu hijo padece esta enfermedad, te recomendamos acudir a una consulta dermatológica pediátrica. La mayoría de los pacientes mejoran sus síntomas en la adolescencia, pero de un diez a un treinta por ciento de los afectados pueden seguir teniendo síntomas hasta la adultez. Si tú eres parte de este grupo, el resto del artículo podría serte muy útil.
Una enfermedad asociada con alergias
La dermatitis atópica es una enfermedad asociada con alergias. En muchos casos se ha considerado como una manifestación de un síndrome alérgico. Por ejemplo, algunos pacientes con esta condición también son afectados por asma, rinitis y alergias alimentarias.
A su vez, el origen de la dermatitis atópica es muy complejo. Intervienen en él factores hereditarios, inmunológicos y otras alteraciones como asma y rinitis. Por otra parte, también influyen los factores ambientales. Anteriormente, se decía que este padecimiento era propio de niños muy “limpios”. Es decir, bebes o niños que tuvieron menos exposición ambiental a alérgenos, irritantes o, en general, al medio ambiente.
Finalmente, todas estas alteraciones generan una disfunción de la piel como barrera natural. Dicha disfunción puede manifestarse como enrojecimiento, eritema, inflamación o edema. Síntomas como comezón, una piel extremadamente seca o xerosis. Y, cuando el proceso se vuelve crónico o no se controla liquenificación, engrosamiento de la piel.